noviembre 20, 2018 1 Comentario
Seguro que te fijas en la calidad y los ingredientes de lo que comes, y la calidad y los ingredientes de los productos que te pones en la piel e incluso en el pelo. Pero es posible que se te olvide que tus uñas y no tengas en cuenta que el esmalte que utilizas también lo absorbe tu cuerpo y puede tener efectos en tu salud.
Al principio de los tiempos, las mujeres se pintaban las uñas con productos naturales como la Hena, pero con la industrialización, se empezaron a incorporar los químicos y prácticamente se introdujeron los mismos compuestos que en las pinturas de coche. Entre estos químicos se han identificado algunos que pueden ser muy nocivos para la salud y en LOLA Barcelona tenemos un firme compromiso por que tus uñas además de bonitas estén protegidas.
Así que hemos hecho un esfuerzo de formulación y hemos conseguido crear unos esmaltes de máxima calidad que entran en la exclusiva categoría de 8 free, porque eliminan ocho de los compuestos más nocivos que suelen llevar las lacas: acetona, alcanfor, ftalatos, formaldehido, resina de formaldehido, silicona, tolueno y xileno.
Probablemente, si no eres química, estos nombres no te digan nada, así que te vamos a dar cuatro pinceladas de cada una de ellas para que a partir de ahora te puedas fijar en las etiquetas de otros esmaltes que tengas por casa.
Acetona
En cantidades muy pequeñas, el hígado procesa la acetona y no es perjudicial, pero con un uso continuado puede producir irritaciones de nariz, garganta, pulmones y ojos. En cantidades más grandes puede llegar a dar incluso dolores de cabeza, mareos, náuseas y vómitos, además de que interferir en el ciclo menstrual de la mujer.
Alcanfor sintético
El alcanfor se absorbe rápidamente por la piel y da un efecto frío similar al mentol, pero también puede producir irritación en los ojos y en el sistema respiratorio si se inhala.
Dibutilo ftalato
Los ftalatos se suelen incluir en los esmaltes de uñas para dar una textura plastificada, pero su toxicidad se ha probado a través de varios estudios y se está eliminando de cualquier producto que tenga contacto con el cuerpo. Es un disruptor endocrino que también puede llegar a provocar dolor de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea, etc.
Formaldehído
La Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea clasifican este compuesto, que se ha utilizado durante años en la cosmética, como cancerígeno.
Resina de formaldehído
Es un derivado del anterior que también se utiliza en endurecedores de uñas pero, ante el peligro que supone para la salud, seguro que preferimos tener las uñas delicadas que tener este químico en el cuerpo.
Silicona
El cuerpo no tiene la capacidad de absorber las siliconas pero tapona los poros y no les permite respirar ni transpirar. Se pueden dar reacciones alérgicas como picores o quemazón.
Tolueno
Se ha usado siempre como disolvente pero irrita los ojos, la garganta y los pulmones. Puede causar fatiga, dolor de cabeza y náuseas. Si el tolueno está contaminado con benceno, entonces se considera cancerígeno.
Xileno
Es una fragancia sintética que muchas veces ni aparece en la etiqueta, porque solo pone ‘perfume’ pero puede causar reacciones alérgicas.
El problema de estos compuestos no es que una vez te pongas laca y te vayan a provocar una reacción. Sin embargo, piensa en todos los años que llevas poniéndote esmalte de uñas y más si es de forma habitual. Todo eso se junta con tóxicos que hay en cremas, champús y maquillajes que usamos diariamente durante décadas y el efecto acumulación puede ser perjudicial para nuestra salud.
noviembre 19, 2018
Encuentras un rojo Marilyn que te encanta, un coral con el que has tenido match o un granate precioso para salir de noche y del que crees que ya jamás podrías separarte. Piensas que son ideales y perfectos, que nunca existió ninguno igual pero… te los pruebas y ocurre. Al sonreír y mostrar tus dientes te das cuenta de que ese color, en lugar de blanquearlos, ha acentuado su tono amarillento. Y aunque parecía que el color rojo, coral o granate iba a dejarlos de un blanco Hollywood impresionante, no has tenido en cuenta el subtono y ahora se ven más opacos y sin brillo.
Exacto, el subtono. Ahí está el secreto y aquí está el que será tu mayor aliado. El responsable capaz de cancelar las manchas de tus dientes y resaltarlos hasta que parezcan mucho más brillantes y mucho más blancos.
Saber utilizarlo es como tener acceso a un blanqueamiento dental instantáneo, pero muchísimo más barato y más rápido. Pongamos un ejemplo rápido para entenderlo: cuando te compras un labial rojo piensas que por su simple condición de ser rojo los dejará hiper blancos, pero sí y no. Al tener fórmulas y pigmentos distintos en su base, el resultado será unos dientes más blancos o unos dientes más amarillos. ¿A qué se debe esto?
No es magia, son los principios básicos del color y sus opuestos en la rueda. Ahí es donde debemos fijarnos y prestar especial atención. Amarillo con amarillo es enemigo porque resalta el amarillo. En cambio, el opuesto al amarillo apunta hacia los tonos fríos más azulados, púrpuras y avioletados que consiguen esconder los tonos amarillentos para lograr un equilibrio óptico que haga que tu sonrisa parezca mucho más blanca de lo que en realidad es.
Fíjate bien en la siguiente rueda.
Ahora decidir se vuelve mucho más. Se trata de jugar y combinar para evitar que destaque lo que nos hace sentir más incómodas y acentuar aquellas partes que nos empoderan y nos hacen sentir más guapas.
Evita los colores naranjas, dejarán tu sonrisa opaca. Opta mejor por los tonos que estén en su opuesto y que en sus bases incorporen pigmentos azules o violetas.
Los tonos azulados cancelan los tonos naranjas o amarillos cuando se yuxtaponen, así que simplemente diviértete con esta regla cuando vayas a elegir cualquier labial porque será la única forma de no equivocarte. Si te flipan los labiales rojos, escoge los que tengan tonos fríos en su composición. Los borgoña también son del grupo de los aliados, y si te también te sientes cómoda con los rosas, los nudes en sus tonalidades más cercanas al rosado o los colores cereza que tiren hacia el morado serán un sí rotundo.
Pero eso sí, pasa de largo cuando los labiales tengan pigmentos marrones, colores teja, corales o rojos cálidos porque oscurecerán la sonrisa haciendo que se perciba mucho más amarillenta.
Si también te gustan los tonos naturales y están incluidos sí o sí en tu look of the day, los glossy transparentes iluminarán tus dientes y harán que brillen dejando que el protagonista principal sean tus labios. El brillo tipo gloss, usado correctamente, puede hacer maravillas y darle luz a tu rostro, activar los colores de tu ropa e incluso hacer parecer que tus dientes se vean más claros y tu piel más bronceada. ¿Conoces nuestra gama Lipgloss Light-up? Te aportará, además de color, vitamina E, Aloe Vera y rosa mosqueta para que tus labios estén bien hidratados y doblemente mimados.
Así que, en resumen:
Labiales que sí: cualquiera con base fría, morada y azulada. Por ejemplo: los fucsias azulados, los violeta, la gama de color vino, el marrón oscuro frío, los nude rosados suave, púrpuras, rojos cereza, morados, y azules frío.
Labiales que no: cualquiera con base cálida que incluya pigmentos amarillos. Los corales, rojos pasión de base amarilla, marrones cálidos, color ladrillo, rosas demasiado claros o pálidos, o colores carne.
¿Ya sabes cuál de nuestros labiales vas a escoger? ¡Conoce todos nuestros tonos y escoge el que más te haga brillar!