Para muchos es cierto que unas uñas desaliñadas comunican una persona descuidada, quizás nerviosa, que no mantiene el control, aunque no sea así. En cambio, una manicura bonita, cuidada, transmite todo lo contrario. Pero además, igual que nuestra ropa, según el color y la forma que demos a las uñas, podemos transmitir cosas distintas.